Entre muchas cosas, todos los países tienen como símbolo de identidad la música. En Argentina el tango, en España el pasodoble, la ranchera en México y el son en Cuba. El ritmo musical que identifica a cada país permanece en el tiempo, casi nunca cambia, en Colombia no nos sucedió lo mismo. Por muchos años el bambuco, nos identifico adentro y afuera, pero luego fue desplazado por la cumbia, que a su vez hoy, ha sido desplazada por el vallenato, una música que no a todos nos gusta, pero con la que todos nos sentimos plenamente identificados y con la que el mundo entero ha comenzado a reconocernos. Desde Valledupar, cuna de este ritmo, Rivas hace un recorrido con protagonistas de la nueva y la vieja ola, con músicos, aprendices de músicos y herederos de juglares y acompañado de caja, guacharaca y acordeón nos cuenta de su historia, sus "sonsonetes" y de su evolución.